De vita Mortis
(Intermissio al coito de poemas)
La muerte y Odiseo (1915) - LORD DUNSANY
En la corte del Olimpo, el Amor reía ante la Muerte, porque era desagradable, porque no podía ayudarle ya que ella nunca había hecho nada que valga la pena y el Amor sí.
Y la Muerte odiaba ser motivo de risas, y solía apartarse para pensar en sus defectos y en como podía hacer para poner fin a este intolerable tratamiento.
Pero un día la Muerte apareció en la corte con cierto aire. Y todos los demás lo notaron. "¿Qué es lo que te traes ahora?" preguntó el Amor. Y la Muerte con cierta solemnidad, le dijo: "voy a asustar a Odiseo"; y enarbolándose con su capa gris de viajero, salió a través de la puerta con rumbo a la Tierra.
Y ni bien llegó a Itaca y al vestíbulo que Atena conocía, y abrió la puerta, vio al famoso Odiseo, con sus blancos mechones colgando cerca del fuego, tratando de calentar sus manos.
Y el viento que penetró por la puerta abierta resopló sobre Odiseo.
Y la Muerte se puso frente a él y de repente gritó.
Y Odiseo volvió a calentarse sus pálidas manos.
Entonces, la Muerte se acercó más y comenzó a vociferar.
Y luego de un rato, Odiseo se volvió y dijo: "Bueno, viejo lacayo, ¿han sido buenos contigo tus amos desde que te hice trabajar en Ilión?"
Y la Muerte, por un momento se quedó enmudecida, y recordó la risa del Amor.
Entonces, "ven," dijo Odiseo, "dame tu hombro," luego de lo que se reclinó pesadamente en tal huesuda coyuntura, y ambos pasaron juntos a través de la puerta abierta.
Y la Muerte, por un momento se quedó enmudecida, y recordó la risa del Amor.
Entonces, "ven," dijo Odiseo, "dame tu hombro," luego de lo que se reclinó pesadamente en tal huesuda coyuntura, y ambos pasaron juntos a través de la puerta abierta.
4 Comments:
Ese soñador y sus cuentos. Excelente. Es magnífico que alguien retome a los clásicos. Un saludo, buena luna y carpe noctem!-
No hay que reírse nunca de la muerte, no en vano es nuestro fin último.
Yo creo que no hay nada más atinado que reirse de la muerte. Es lo único que la demora, que la debilita.
Me encanta esta vuelta a los clásicos.
La muerte... la parada final de un viaje que ojalá sea interesante.
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