sábado, agosto 27, 2005



Narciso (frente al sueño)

(Pintura: "Narciso y Eco" de J.W. Watherhouse)

“yo amaba a Narciso porque, cuando recostado en mis orillas se inclinaba a mirarme, en el espejo de sus ojos veía mi propia belleza reflejada”. (Wilde, “El discípulo”)


El día con sus fieles noches metamorfosea el aire
En piel
las manos atadas en la pastura sin cadenas mustias
Encienden su amor internado en ocres párpados
Al fin de un paisaje de belleza.
Cuando peregrina el tiempo por sus labios ,
Sus dichos se volvieron silencio
Grita el deseo en los ojos
En aquel sueño en que invocó a su imagen adorada
Sin cesar de dañarse.
Una luna rieló .
Sus manos dibujaron , presurosas,
el estanque,
La línea irregular se trocó
lene piel sonrosada.
Su corazón párvulo
ardió en el reflejo
Y sus besos desfiguraron, ondulados,
La fatídica boca que besa.

5 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Narciso se busca a si mismo
en una niebla de nenufares.
Narciso, paradojica belleza destinada a no encotrar jamas su reflejo univoco.
Narciso... cuantos seguimos tu derrotero!
Luis.

1:46 p. m.  
Blogger !obucnÌ¡ said...

Qué raro es todo esto, ¿no?

11:47 p. m.  
Blogger Radio AM. said...

Qué interesante la cita de Wilde en el contexto de la historia de Narciso. Son dos historias de perdición a través de la belleza y el amor obsesivo hacia ella.

Cuánto le habría gustado a Wilde mirarse en el lago y ver a Lord Alfred Douglas.

11:22 a. m.  
Blogger Tragiciana said...

Por qué es raro, J?

2:35 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Hola Titiana.

Comento por lo siguiente, vea. Estoy un poco cansado del mito de Narciso tal cual lo conocemos.
Entonces, Titiana, me atrevo a ofrecerle una versión un poco cambiada de los hechos.
Advertirá usted que las letras no son lo mío. En efecto, no estoy dotado como para hacer algo bello, por eso le dejo la idea y si le place ocúpese usted de lo bello que para eso es mandada a hacer,
Narciso es hermoso y está solo. Narciso se contempla y piensa que está solo porque es bello. Se niega, sin embargo, a aceptar esa condición como definitiva porque puede pensar que tal vez no sea el único. Quizás haya otros narcisos, hombres igualmente bellos, ya que no conoce sino una ínfima parte del mundo. Pero no sólo eso. Narciso reflexiona sobre cómo el mundo está partido en dualidades, casi por regla. Parece verosímil que exista una mujer equivalente. Ni más ni menos bella. Cómo él.
Obviamente sigue siendo Narciso y no ha conocido su imaginada compañera, la única capaz de salvarlo de la condena de amarse con exclusividad.
Eco, por otra parte sufre por las mismas razones. Se acerca al mismo estanque con sus pensamientos siguiendo la misma dirección que los de él. Se hace visible para Narciso reflejada en las mismas tranquilas aguas apenas detrás de su, hasta ahora, solitaria imagen. Tan bella como él y él tanto como ella. Eco también conoce a Narciso a través de su imagen acristalada. Son más bellos juntos. Son más bellos con el otro y por tanto no pueden separarse, subyugados. Sin embargo se han conocido indirectamente. Todavía no se han mirado a los ojos. Tienen miedo. Se miran y descubren entonces que mirándose son más hermosos aún que cualquier imagen y que así pueden verse en el brillo de su otro, dentro del otro podría decirse. Ven el gesto propio y el mirado cambiar para siempre desde la inclusión reciente de su par. Ya no hay más belleza posible, ya no más soledad. No tienen tiempo de pensar en castigos de los dioses o en finales alternativos (como este humilde servidor) En el instante del encuentro se hizo lo superlativo.
Humanos o flores son creadores y dueños de lo indestructible, inaccesible para el tercero que fuera, inclusive y como caso paradigmático, para los dioses.
Hasta la próxima.

7:45 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home