Escena cotidiana ( en tiempo ignoto)
“¡Abajo el betún!"
-Señora Égica , tenga la amabilidad de sentarse a mi lado a saborear unas crocantes galletitas de jengibre que yo misma no preparé.
- Están bastante picorosas, no me gustan, señora Ataúlfa. Son deliciosas. La felicito.
- Vea, señora Rodriga, ¿qué piensa de mi nueva decoración hogarosa?
- Es fideosa en algunos sitios. Las paredes lloran por los gases. Me gustan mucho los tirabuzones.
- Vea, Señora Sisenarda, ¿qué piensa de mi nueva decoración hogarosa?
- La veo mal, mi presbicia me lo permite todo.
- Sírvase de mi té, señora Almonda. Sírvase de mi té, señora Tulga, Liuva, y todas.
- Y si tiene cianuro?
- Morirá como muchos puetas.
- Yo no soy pueta, soy una persona normal.
- A veces yo me llamo a mí misma cuando estoy bañándome.
- Ayer fui a comprar unos alcauciles para hervir
- Y mi pequeño canario es amarillo
- Estaba tan enferma de viruela , que la cara era un maíz.
- Mi marido se murió pero no tenía amantes. Mi pobre Recaredo ¿Les gusta su retrato de jovencito? ¡Qué mozo era!
- Me estoy quedando sin dientes.
- Yo tenía un perro que se llamaba Leovigildo, pero tenía tanta sarna que escapó hacia Navarro. Cuando fuimos en auto con mi vecina Wamba , nos equivocamos de ruta. Fuimos a San Pedro a comer naranjadas.
- Pero también estaba en la esquina con el bife en la bolsa de consorcio. Esa me va a oir. No barre las hojas y tapan todo el desagüe. Todo…
- Esto es imposible.
Y silenció el vaho de una premonición.