domingo, enero 29, 2006





Escena cotidiana ( en tiempo ignoto)

“¡Abajo el betún!"


-Señora Égica , tenga la amabilidad de sentarse a mi lado a saborear unas crocantes galletitas de jengibre que yo misma no preparé.
- Están bastante picorosas, no me gustan, señora Ataúlfa. Son deliciosas. La felicito.
- Vea, señora Rodriga, ¿qué piensa de mi nueva decoración hogarosa?

- Es fideosa en algunos sitios. Las paredes lloran por los gases. Me gustan mucho los tirabuzones.
- Vea, Señora Sisenarda, ¿qué piensa de mi nueva decoración hogarosa?
- La veo mal, mi presbicia me lo permite todo.
- Sírvase de mi té, señora Almonda. Sírvase de mi té, señora Tulga, Liuva, y todas.
- Y si tiene cianuro?

- Morirá como muchos puetas.
- Yo no soy pueta, soy una persona normal.

- A veces yo me llamo a mí misma cuando estoy bañándome.
- Ayer fui a comprar unos alcauciles para hervir
- Y mi pequeño canario es amarillo
- Estaba tan enferma de viruela , que la cara era un maíz.
- Mi marido se murió pero no tenía amantes. Mi pobre Recaredo ¿Les gusta su retrato de jovencito? ¡Qué mozo era!
- Me estoy quedando sin dientes.
- Yo tenía un perro que se llamaba Leovigildo, pero tenía tanta sarna que escapó hacia Navarro. Cuando fuimos en auto con mi vecina Wamba , nos equivocamos de ruta. Fuimos a San Pedro a comer naranjadas.
- Pero también estaba en la esquina con el bife en la bolsa de consorcio. Esa me va a oir. No barre las hojas y tapan todo el desagüe. Todo…

- Esto es imposible.

Y silenció el vaho de una premonición.

sábado, enero 21, 2006


EL HEAUTONTIMORUMENOS

a BL

“Soy el vampiro de mi pecho…” (Muchas veces me he suicidado por ir en contra de mis deseos). Cae la lágrima en el papel impreso. No interesa la sintaxis. Pura, tu mirada, desde el alfeizar, se posa en las manos desgarradas.
“Te golpearé sin cólera y sin odio, ( en el medio de la vida, en el borde del margen), y de tu párpado haré para saciar mi desierto brotar el agua del dolor”. Reinar por el amor, no por el terror. Sabemos que la felicidad es dolorosa. El semen es sangre. Los vaivenes son tormentas. (La paz está en tus tetillas).
“Ese veneno es mi sangre. Soy el espejo siniestro donde la arpía se contempla”. La sangre fue inyectada por el Leteo. El espejo cubrió su faz somnolienta con tu rostro, la arpía se desangra a la vera del tálamo.
“Soy el verdugo y la víctima”. Amar es ser verdugo y víctima ¿Qué patíbulo más bello?
El estilete cae en la página. Terencio, Baudelaire juegan en sus míseras habitaciones con sus tablillas y estilos. Sus miradas de derrota impregnan de humedad los espacios.
Heautontimorumenos, el que no se entrega al amor. Heautontimorumenos, el que al amor se entrega.
Nació entre las piernas, la lumbre del cuerpo. Indolencia, spleen, mueren acribillados en un retazo de nieve. Sus falsos acordes, sus sirenas, tienen un suave vaho hedoroso, parecido a las estrellas extintas.